“La quinta enfermedad”: una patología cuyas cifras van en aumento en el mundo
Esta infección puede causar graves problemas de salud en adultos inmunocomprometidos y mujeres embarazadas.
La “quinta enfermedad”, también llamada la “enfermedad de la bofetada”, es una patología provocada por el virus conocido como parvovirus B19, caracterizada por generar un brote o sarpullido rojizo en las mejillas.
En fechas recientes, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), de Estados Unidos, advirtieron que se ha registrado un aumento en los casos de personas enfermas por este virus en el territorio.
La situación estaría encendiendo las alarmas, pues en lo corrido de este año se han reportado varios casos en 14 países de Europa, pero algunos países de América Latina también estarían en riesgo.
Según doctora Pilar Adamo, profesora adjunta en la Facultad de Ciencias Médica de la Universidad Nacional de Córdoba, Facultad de Ciencias Médicas y del Instituto de Virología José María Vanella, en entrevista con Infobae, se ha observado la presencia del virus en provincia de Córdoba, Argentina.
“Es probable que desde el año pasado se esté desarrollando un brote epidémico de parvovirus B19 en toda la Argentina y en otros países de América Latina. Pero no se han reportado los casos porque no es de notificación obligatoria”, destacó.
Esta enfermedad puede afectar mayormente a los niños, adultos inmunocomprometidos y mujeres embarazadas. De acuerdo con Medline Plus, en Estados Unidos, las infecciones de parvovirus B19 son comunes al final del invierno, la primavera y al principio del verano.
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El principal modo de contagio es de persona a persona a través de fluidos corporales como la saliva, que puede ser expulsada a través de la tos o estornudos e inhalada por personas sanas. También se puede contraer por medio de la sangre.
Los principales síntomas de la infección son: fiebre, dolor de cabeza, tos, dolor de garganta, sarpullido y dolor en las articulaciones. En la mayoría de los casos este virus es inofensivo, pero en algunas personas puede provocar complicaciones que afectan los nervios, articulaciones o el sistema sanguíneo.
La mejor forma de prevenir el contagio de la quinta enfermedad es acá las siguientes recomendaciones: lavado frecuente de manos, uso de tapabocas en ambientes cerrados y sin ventilación, cubrirse la nariz y la boca al toser o estornudar, evitar el contacto con personas enfermas y quedarse en casa cuando esté enfermo.