Inmersión en agua helada, la realidad detrás de esta práctica que está de moda en los famosos
La terapia de frío o de inmersión en agua fría, también llamada crioterapia, ahora es muy conocida sobre todo entre los famosos, ya que enfría los tejidos del cuerpo por motivos terapéuticos.
La inmersión en agua helada es una práctica común en poblaciones que viven en zonas árticas, que son quienes tienen una mayor facilidad para sumergirse o nadar en aguas heladas por unos minutos como una forma de diversión. Sin embargo, la ciencia demuestra que puede ser más que un pasatiempo y que esta tradición cultural puede tener beneficios concretos para la salud.
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Pero en los últimos años se ha popularizado entre las celebridades del mundo, tanto en famosos como los atletas, incluido Justin Bieber, llevan años hablando sobre los beneficios de la inmersión en agua fría para promover la recuperación muscular. El método Wim Hof, creado por el atleta extremo holandés Wim Hof, también ha popularizado la terapia de frío.
Esta práctica aumenta la concentración y la energía mientras reduce los niveles de estrés e incluso existe la creencia de que preserva la juventud sigue, pero un grupo de estudios científicos sugieren que el uso terapéutico del agua helada de manera regular puede ser efectivo en el tratamiento de la inflamación autoinmune crónica y en la reducción de la hipercolesterolemia según la página Pan American Life.
Estos son algunos de los peligros de hacer esta práctica:
- La exposición prolongada al agua fría puede provocar hipotermia, una condición potencialmente peligrosa en la que el cuerpo pierde calor más rápido de lo que puede producirlo. La hipotermia puede poner en peligro la vida y requiere atención médica inmediata.
- Exponer la piel o las extremidades a agua extremadamente fría durante un período prolongado puede provocar congelación, donde los tejidos del cuerpo se congelan. La congelación puede causar daño tisular severo y debe evitarse.
- La exposición repentina al agua fría puede desencadenar una respuesta al shock del frío, lo que provoca dificultad para respirar y aumento del ritmo cardíaco. Esta respuesta puede ser particularmente riesgosa para las personas con problemas cardiovasculares.