VIDA Y ESTILO
Por: Paula Castro • Colombia.com

Corridas de toros tienen efectos negativos en la salud mental de los niños, según estudio

Coorridas de toros. Foto: Shutterstock

Tras la prohibición de las corridas de toros en Colombia, los estudios han mostrado que los menores de edad expuestos a estas violencias ven afectada su salud mental. 

La Cámara de Representantes de Colombia aprobó el pasado martes la ley que prohíbe actividades como las corridas de toros, porque, según el texto, "socavan la integridad de formas de vida no humana". La ley ya había sido aprobada en el Senado y ahora pasará a presidencia. 

Con esta ley aprobada muchas personas se han cuestionado a cerca de las corridas de toros, ya que presenciar la muerte violenta de un animal en directo es algo que puede llegar a impresionar negativamente tanto a adultos como a niños, es algo evidente. 

Incluso con este objetivo, el psicólogo escolar francés Joël Lequesne y su colega Jean Paul Richier, especialista en psiquiatría y médico interino en un hospital, reunieron algunas consideraciones con motivos de sobra en los que dicen por qué estos eventos son malos para la salud mental. 

Una de las primeras razones es que reprime la compasión hacia los animales, el primer punto del estudio psiquiátrico y psicológico incide en el posible trauma que puede sufrir el niño al presenciar la violencia de un humano sobre un animal. Y es que a pesar de que no todos los niños desarrollarán un trauma por este espectáculo, quienes lo desarrollan lo hacen de dos por formas:

  • Reprimiendo un sentimiento de compasión hacia los animales por fidelidad a los padres
  • Que se distancie del entorno familiar que lo lleva a estos eventos y no expresa sufrimiento.

Por otro lado, el menor ve una contradicción entre la educación dada por los padres que quieren dar enseñanzas sobre evitar la violencia, pero ven el ejercicio del torero sobre el toro, que es una violencia gratuita pero justificable por lo que el niño cambia el rol de víctima del animal, por la de rival, y el niño descubre una zona de “no-ley” en la que se justifican hechos condenables en cualquier otro contexto.

Esto puede llevar a no confiar en las enseñanzas de los padres y a no entender el límite de los impulsos o el deseo sobre las reglas de la sociedad, Lequesne y Richier califican de “perturbación del sentido de los valores” la contradicción que existe entre el ejercicio de desarrollar la empatía con los demás y el experimentar la muerte del toro sin sentirla. 

Los investigadores destacan el hecho de que prácticamente todos los ciudadanos están de acuerdo en la hipótesis de que la violencia genera violencia, y más cuando las escenas de violencia son en vivo y en directo.

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