¡No es casualidad! Esta es la razón del parecido entre tu papá y tu pareja

Aunque parezca extraño, las mujeres suelen elegir hombres que se parecen a sus padres, y es más común de lo que piensas. Esta conducta tiene una coherente explicación psicológica que logrará sorprenderte.

Seguramente en alguna ocasión habrás notado una similitud entre tu novio y tu padre, o habrás podido evidenciar dicho parentesco en un caso externo, ya sea en la relación de una amiga o un amigo, en la de un familiar o algún conocido. Probablemente el primer pensamiento que llegó a tu mente en ese momento fue: es una graciosa coincidencia, pero no es así. 

Foto: Shutterstock

Nuestros padres hacen parte de un prototipo de hombre idealizado, que posteriormente esperamos encontrar en otra persona, incluso si dicha imagen es negativa o representa un mal ejemplo. Pues bien, esto tiene una explicación.

Complejo de Edipo y complejo de Electra

Existen dos tipos de complejos que son los culpables de que esto suceda. El complejo de Edipo comprende toda una serie de sentimientos, de inmenso amor hacia la madre y de rivalidad hacia el padre, que un hombre desarrolla en su etapa de niñez.

En el caso del complejo de Electra es la misma metodología, pero a la inversa; en este caso, una mujer desarrolla un conjunto de sentimientos en la misma etapa que el complejo de Edipo, pero esta vez de amor hacia el padre y rivalidad hacia la madre.

Te puede interesar: Que no te coja desprevenida. Esta es la verdadera edad de tu piel

¿Cuáles son las consecuencias en la adultez?

La respuesta es muy sencilla, se trata de una idealización inconsciente de la figura materna o paterna. Cuando una persona ha visto un modelo desde su infancia, en su etapa madura intentará buscarlo y repetirlo al iniciar a formalizar relaciones amorosas, tanto si son positivos (respetuosos, honestos, amables), como si son negativos (infidelidades, maltratos, irrespeto).

Foto: Shutterstock

Las similitudes que, por lo general, el subconsciente suele buscar, son en gran medida rasgos físicos. Dentro de estas características están las facciones del rostro que se asemejan, la altura, el color de los ojos o del pelo, la forma de vestir o, incluso, la apariencia de las manos y los pies.

Cabe resaltar que, si bien es cierto que los casos en los que se presenta este cuadro psicológico son numerosos, puede haber excepciones en algunos otros. Por ejemplo, si tu relación con tus padres jamás fue buena, es posible que tengas una tendencia a buscar lo contrario en tus parejas, para alejarte de ese mal recuerdo de tu vida.