VIDA Y ESTILO
Por: Karen Benavides • Colombia.com

¿Discriminación? Mujeres indígenas son sometidas a ablación o mutilación genital desde pequeñas

Ablación: el terrible procedimiento al que son sometidas las niñas y jóvenes indígenas. Foto: Shutterstock /Anton_Ivanov

La Ablación o mutilación genital femenina sigue siendo uno de los mayores problemas en comunidades indígenas; las mujeres son sometidas a este procedimiento desde que nacen.

Aunque la ablación o mutilación genital femenina (MGF) es considerada a nivel internacional como “una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas… Más de 200 millones de mujeres y niñas vivas actualmente han sido objeto de la MGF en los 30 países de África, Oriente Medio y Asia donde se concentra esta práctica”, según reportes de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

No obstante, Colombia no es ajeno a dicha práctica que ha sido tan solo una muestra de la discriminación hacia el género femenino, pues sigue siendo una “tradición” en comunidades indígenas, como los Émbera, en Risaralda, aun siendo una práctica prohibida por la autoridad ordinaria y la indígena.

También conocida popularmente como “cortar el callo” o “curación”, la mutilación genital femenina o ablación comprenden, como su nombre lo indica, “todos los procedimientos consistentes en la resección parcial o total de los genitales externos femeninos, así como otras lesiones de los órganos genitales femeninos por motivos no médicos”, agrega la OMS.

Y es que, tal como contó Mónica Keragama, una joven indígena de 20 años de dicha comunidad, a ‘El Tiempo’, desde que tienen tan solo algunos días de nacidas, a las mujeres se les somete a la extirpación de su clítoris, según ellos, “porque eso crece” y da “arrechera”, lo cual hace referencia al disfrute sexual o placer, que se les es negado como parte de una conducta machista y discriminatoria.

Y es que, incluso si el procedimiento no le es realizado a una chica cuando es bebé, luego se ve obligada a someterse al mismo si quiere contraer matrimonio, probablemente a los 15, 16 o 17 años, pues los hombres suelen rechazar a una mujer que no esté mutilada.

Precisamente, según Mónica, aunque “la autoridad ya no deja, la madre lo hace a escondidas” y “todavía lo hacen a todas las niñas”, motivo por el cual la preocupación ha aumentado y las alarmas se han encendido, teniendo en cuenta las implicaciones físicas y psicológicas que la MGF tiene en las mujeres, las mismas que han llevado a jóvenes como Mónica a querer luchar contra dichas “tradiciones” y a romper esas viejas y perjudiciales “conductas”, negándose a hacer lo mismo con sus hijas en un futuro.

“Para erradicar la mutilación genital femenina es fundamental impulsar acciones que generen evidencia, visibilicen la práctica y faciliten la incidencia, el diálogo político e intercultural. Así mismo, es necesario comprender las dinámicas sociales, facilitando el diálogo comunitario, familiar y con autoridades que influyan en la toma de decisiones relacionadas con la erradicación de la práctica”, explica la doctora Gina Tambini Gómez, representante de la OPS/OMS en Colombia

De hecho, dichas acciones se consideran de carácter urgente, considerando no solo la desigualdad que genera la MGF o la humillación que representa para las mujeres, sino las terribles consecuencias que se pueden producir, según la OMS, como los son los problemas urinarios, lesiones, infecciones, problemas vaginales, problemas menstruales, complicaciones en los partos, problemas sexuales, trastornos psicológicos, entre muchas otras.

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