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Por: Redacción Vida y Estilo • Colombia.com

Oración de San Alberto Magno para alejar tentaciones y tomar el camino correcto

Adiós tentaciones y malos hábitos: oración para saber cuál es el camino correcto. Foto: Shutterstock

San Alberto Magno creó una oración dirigida a Jesucristo, con la cual puedes pedirle que te guíe para tomar siempre el camino correcto, alejándote de tentaciones, malos hábitos y cualquier pecado.

San Alberto comenzó a ser denominado “Magno” desde que aún tenía vida, por la forma en la que marcó la religión y el mundo en general; desde su gran pasión y curiosidad por la naturaleza y todo lo relacionado a ella, se dedicó a estudiarla incansablemente, viéndola como “un fruto maravilloso de la creación divina”.

Es por esta razón que este santo es conocido como el patrón de los científicos, pues a él se atribuyen numerosos descubrimientos, en una época en la que no se contaba con la ayuda de laboratorios, amplia información o avanzadas herramientas para ello; hoy en día se le reconoce como un popular científico, teólogo, monje, obispo y doctor de la Iglesia.

De hecho, también fue un gran escrito, y esto lo dejó en evidencia en numerosas obras en todos los campos del conocimiento, inspirándose siempre en cristianos, musulmanes y paganos; una de ellas es una poderosa oración dirigida a Jesucristo, pidiendo su ayuda para mantenerse alejado de las equivocaciones, tentaciones y pecados, así como tomar siempre el buen camino, la cual fue compartida por el portal ‘Santa Virgen María’, y te enseñamos a continuación.

Oración para tomar el buen camino

Señor Jesucristo,  tú eres verdadera luz, unción saludable, palabra y virtud, ilumina mi mente, sana mis afectos, instruye mi lengua, vuelve al bien mi actuar. Que tu gracia venga a mi intelecto, del intelecto a mis afectos, de mis afectos a mis palabras y de mis palabras a las obras.

Que crezca en mí tu gracia y me libere de la culpa cuando me arrepiento, me ayude en las tentaciones cuando lucho contra el mal, me impulse hacia lo mejor cuando camine en el bien, me conduzca a la meta de la salvación eterna por el camino de la perfección.

Señor, ya que eres verdad, caridad, virtud y constancia ven a mi alma que vacila en un estado de culpa y pena. Ven junto a mí para dar la vista al ciego, la palabra al mudo, la vida al muerto, para que con obediencia, fe y caridad pueda acercarlos a ti.

Abre en mí la puerta interna (intelecto y voluntad) y cierra la puerta externa, así la tentación que viene de los malos hábitos no llegue por los sentidos hasta la conciencia e invadan todo mi ser. Mírame, ten compasión, consuélame, ven a mí con tu gracia.

Ordena al alma que yace en el mal para empezar a actuar con buena voluntad, empezar a confesar las culpas, y ponerse en pie para obrar el bien. Devuélveme la gracia que nutre, para que permanezca en mí para siempre. Amén.

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