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Por: Redacción Vida y Estilo • Colombia.com

Oración a San Agustín de Hipona para encontrar la paz en tu vida

Invoca a San Agustín para que te ayude a recuperar la paz en tu vida. Foto: Pixabay

En aquellos momentos en los que sientes que no puedes continuar y que tu vida está llena de problemas, puedes ponerte en manos de San Agustín para recuperar la paz.

Todos hemos atravesado en algún instante de nuestras vidas por esas situaciones complejas que llevan al límite nuestras emociones y nuestra tranquilidad, sintiendo que aquellas desafortunadas experiencias son más fuertes que nosotros y que no vamos a ser capaces de superarlas.

Es ahí donde comienza el error, pues el agotamiento y la depresión causada por dichos infortunios nos impide analizar los hechos con claridad y, por ende, hacer frente a ellos; por esta razón, un apoyo en la fe puede ser el camino iluminado hacia la salida y el retorno seguro de la paz a nuestras vidas. 

Para conseguirlo puedes ponerte en manos de San Agustín de Hipona, padre y doctor de la iglesia católica que en vida tuvo que sortear una gran cantidad de dolor y sufrimiento que lo hizo caer en fases de depresión y dolor, pero que encontró en el amor a Dios una salida viable y confiable a sus problemas.

Fue a los 31 años que, gracias a una experiencia sobrenatural notó que “todas las sombras de duda se disiparon”, y decidió aceptar a Dios como parte de su vida; por esta razón, es el ideal para encomendar tu petición de paz. Su fallecimiento se dio el 28 de agosto de 430 d.C., motivo por el cual todos los años se le conmemora en esta fecha.

Una plegaria perfecta para cuando sientas que quieres tirar la toalla. Foto: Pixabay

Oración para recuperar la paz

Oh, San Agustín, nuestro padre y maestro, que conoce los brillantes caminos de Dios y también los caminos torcidos de los hombres, admiramos las maravillas que la gracia divina ha funcionado en ti, convirtiéndote en el perfecto testigo apasionado de la verdad y la bondad al servicio del prójimo.

Hoy me pongo en tus manos para que me guíes hacia metas de paz, y me enseñes a no abandonar nunca mi búsqueda de la verdad, en la certeza de que al final mis esfuerzos serán recompensados por el encuentro satisfactorio con la Suprema Verdad, que es la fuente de toda verdad creada.

Te suplicamos humildemente, oh San Agustín tres veces bendecido, que te acuerdes de nosotros, pobres pecadores, en este día, cada día, y en la hora de nuestra muerte, para que por tus méritos y oraciones podamos ser liberados de todos los males, tanto del alma como del cuerpo, y del aumento diario en virtudes y buenas obras.

Obténganos para que conozcamos a nuestro Dios y nos conozcamos a nosotros mismos, para que en su misericordia nos haga amarle más que a todas las cosas de la vida y de la muerte; impártenos, te los suplicamos, alguna parte de ese amor con el que tan ardientemente resplandeces, para que nuestros corazones se enciendan con ese amor divino, partiendo felizmente de este peregrinaje mortal, y merezcamos alabar el corazón amoroso de Jesús por una eternidad interminable. Amén.

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