VIDA Y ESTILO
Por: Paula Castro • Colombia.com

Día de la madre: el ritual del niño prodigio para nutrir el vínculo con la madre

Mujer con su madre. Foto: Pexels

El poder transformador del Ritual del Niño Prodigio, una antigua práctica para reconectar con el amor maternal.

El Día de la Madre es una fecha que, aunque comercial, representa un momento cargado de emociones, simbolizando el profundo reconocimiento del amor incondicional y sacrificio que las madres entregan a sus hijos a lo largo de sus vidas y es que muchos aseguran que este es el amor verdadero y el más profundo que puede sentir una persona.

Niño Prodigio, es una persona reconocida por su sensibilidad espiritual y vasto conocimiento en astrología y recientemente ha compartido un ritual único para celebrar y honrar a todas las madres en su día, pero sobre todo para aumentar el vínculo que muchas veces se ha dañado.

El primer paso del ritual del Día de la Madre consiste en encender una vela rosa en un lugar tranquilo de la casa y esta vela debe ser rosa a razón de que es un color asociado con el amor y la ternura, cualidades que reflejan perfectamente el espíritu del amor materno. 

Cuando la persona prenda la vela, se recomienda hacerlo con una intención clara de amor y gratitud hacia la madre, así como visualizar cómo la luz de la vela simboliza la luz y el amor que ella ha brindado a lo largo de los años, posteriormente se debe rodear la vela con flores frescas, las cuales simbolizan la belleza y vitalidad de la vida, atributos que también se asocian a la maternidad. 

Según el medio La Nación, el poder disponer de flores alrededor de la vela no solo embellece el ritual, sino que también aporta un elemento natural y dinámico. Niño Prodigio sugiere seleccionar flores que tengan un significado especial para quien realiza el ritual o que sean las favoritas de la madre, personalizando así el ritual. 

El tercer paso implica colocar una fotografía de la madre frente a la vela y meditar sobre momentos felices que han compartido. Esta es una etapa esencial porque es la parte en la que se conecta emocionalmente con los recuerdos y experiencias vividas con la madre. La meditación sobre estos momentos felices no solo evoca sentimientos de amor y agradecimiento, sino que también refuerza el vínculo emocional y espiritual entre la madre y el hijo.

Niño Prodigio propone sostener la fotografía frente a la vela mientras se emiten mensajes de gratitud y amor al universo, incluso se pueden expresar palabras de agradecimiento y amor en voz alta o en silencio, para que estas vibraciones se fusionen con la luz de la vela y se proyecten hacia el universo.

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