TURISMO
Por: Redacción Turismo • Colombia.com

Laguna de las Brujas, un lugar encantado por la magia de la hermosura natural

Chalchuapa o laguna de las brujas es un imperdible atractivo turístico en el departamento de Guainía. Foto: Twitter @VisitandoCol

La laguna de las Brujas es un lugar encantado por la magia de la hermosura natural, este destino del departamento de Guainía está impregnado de las leyendas indígenas en su ambiente, un ingrediente que lo hace digno de conocerse.

La laguna de las brujas o Chalchuapa en lengua nativa es un lugar que puede considerarse como un verdadero oasis de paz, allí se combinan la tranquilidad y la belleza natural de un lugar desconocido para la mayoría de los colombianos, pero que vale la pena descubrir para siempre volver y proteger.

La laguna Chalchuapa es un hermoso hogar de las toninas o “muñas” en lengua Puinave, los delfines rosados que se han convertido en legendarios navegantes de los ríos que componen la selva amazónica.

Ubicada a solo cinco minutos de Inírida, capital de Guainía, la laguna de las brujas o Chalchuapa es un maravilloso paraje en el que a bordo de una canoa se puede disfrutar del tranquilo sonido de sus aguas, pero especialmente de sus pájaros, que con su canto son un arrullo para el espíritu.

En este bella laguna se tejen varias leyendas, una de ellas es la del delfín rosado, que en otras épocas tenía una nutrida población a pesar de ser un animal esquivo y que poco gusta dejarse ver de los humanos, esta leyenda cuenta que en este cuerpo de agua se reunían los líderes espirituales para entablar comunicación con estos bellos ejemplares que no solo son animales, son un símbolo de la selva, que gracias a que recorrían los ríos, conocían muy bien su situación y aconsejaban a los maestros sobre qué acciones realizar para mantener el lugar protegido.

De acuerdo con otra leyenda se nombró a la laguna como se le conoce mayoritariamente, la laguna de las brujas, y esto obedece a que la tradición oral de los indígenas habla de que unos brujos decidieron robarse el agua de un lugar conocido como “Hoyos de la caldera”, pero cuando el agua era transportada por los aires, esta se cayó en el lugar que hoy ocupa, entonces no hubo mejor nombre para los indígenas que la laguna de los brujos, aunque después se fue transformando en las brujas.

Un plan imperdible es navegar sobre las aguas de la laguna, ojalá con un guía indígena, pues la magia del viaje plácido se refuerza con las historias de leyendas que nadie puede contar mejor que un hombre conectado con la mística ancestral.

El Guainía es misticismo puro, cada uno de quienes se han atrevido a disfrutar de sus encantos siempre quiere volver porque esta tierra atrapa por el encanto natural y la amabilidad de sus gentes, la mayoría pertenecientes a esa Colombia olvidada por los gobiernos, pero que debe ser reconocida por todos los habitantes del país, porque también son nuestros compatriotas.

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