Jefferson Duque silenció El Campín y Andrés Llinás lo revivió, luego de conseguir el empate
Jefferson Duque puso a ganar a su equipo en Bogotá, en una acción que dejó enmudecido a El Campín, pero Andrés Llinás le dio vida de nuevo, tras conseguir el empate.
El partido en Bogotá comenzó con dominio total de Millonarios, que buscaba avanzar y vulnerar rápidamente la portería que custodiaba Kevin Mier. 410033 por lo que, más allá de lograr una u otra llegada sobre predios del portero que vestía de rosa, no lograba convertir este peligro en una anotación que diera tranquilidad.
Millonarios FC: Alberto Gamero dio detalles sobre el planteamiento que usará en la final contra Nacional
Con el paso del tiempo, el sistema de Nacional fue más evidente: Autuori esperaría y aprovecharía el menor error en la saga albiazul, para cobrar por ventanilla y, de esta manera, irse arriba y acercarse lentamente al campeonato. Justamente esto fue lo que pasó cuando ya el reloj avanzaba de la primera media hora de juego en Bogotá.
Todo comenzó, como era costumbre a lo largo del primer tiempo, con una posesión de Millonarios que no logran finalizar, dejando la pelota viva en territorio verdolaga. El contragolpe de los de Autuori fue mortal y terminó luego de un desborde de Danovis Banguero, en el que logra mandar un centro a ras de piso que es capturado por Jefferson Duque quien, anticipando la defensa azul, manda a guardar el balón, para poner el primero del partido.
Un silencio sepulcral rondo en el Coloso de la 57, que veía incrédula el gol conseguido por aquel equipo visitante, que a la larga ni siquiera había intentado ir a buscar por primera vez la anotación. Tras el gol, si con el empate a cero el verdolaga se cuidaba, ahora se volvió una fortaleza inexpugnable, que poco salía y prefería defender el resultado.
Así terminó el primer tiempo, con un Millonarios que controlaba, llegaba pero no concretaba y un Nacional que tuvo una y, la que tuvo, la convirtió en gol. La segunda parte fue más de lo mismo, con un Millonarios que jugaba con líneas adelantadas y muy cerca de la portería de Nacional, que solo rechazaba e intentaba protegerse del empate.
Pero el premio al equipo que había buscado más llegó minuto 70 y a través del que se empezaba a convertir en un goleador habitual en el equipo de Alberto Gamero: Andrés Llinas, en principio defensa central, pero goleador si su equipo así lo necesita. Todo ocurrió a partir de un cobro de esquina donde nadie vio la posición del defensa embajador, que tuvo tiempo para recibir el balón con la rodilla y mandarlo al fondo para el empate.