Así le fue a Colombia en los Juegos Olímpicos en la disciplina de ciclomontañismo
La representación del país estuvo a cargo de Diego Arias, quien bajó la montaña y llegó a la meta luego de 1 hora y 35 minutos.
Continúan los días frenéticos en cuanto a deporte se refiere, pues este lunes se llevó a cabo otra presentación de Colombia en los Juegos Olímpicos de París 2024. Esta vez, con el colombiano Diego Arias en la disciplina de ciclomontañismo, representando a su país con orgullo y determinación.
La carrera de MTB Cross Country tuvo lugar en la Colina Elancourt, un desafiante circuito que puso a prueba la resistencia y habilidades técnicas del colombiano. Arias completó el recorrido de 35.2 kilómetros, distribuidos en ocho vueltas de 4.4 kilómetros cada una, en un tiempo total de 1 hora con 35 minutos.
Desde el inicio, mostró su tenacidad y capacidad para adaptarse a las difíciles condiciones del terreno. A lo largo de la carrera, Diego Arias mantuvo un ritmo constante, progresando a través de la tabla de posiciones y finalmente terminando en la posición 31, a tan solo 9 minutos del líder.
Aunque no logró colocarse entre los primeros puestos, la participación del ciclista fue notable, destacándose por su esfuerzo y perseverancia en un evento de altísimo nivel competitivo. Su desempeño reflejó el espíritu combativo del ciclismo colombiano, elevando el mote de ‘escarabajo’ que en otra época se le había regalado a los ciclistas nacionales, pero esta vez, haciéndolo a la inversa, pues en vez de subir, bajó la montaña.
Por otro lado, es importante destacar que, como lo manifestó el Comité Olímpico Colombiano, desde las destacadas actuaciones de Leonardo Páez en Beijing 2008 y Londres 2012, y pasando por Jhonnatan Botero en Río 2016, el ciclomontañismo no había tenido competidores colombianos en esta disciplina.
Es por esto que la actuación de Diego Arias, oriundo de Boyacá, es aún más loable, al hacer parte de los Juegos Olímpicos en una disciplina en la que no se tenía representación desde hace casi una década, por lo que el boyacense abre una puerta para la constante profesionalización de un deporte que se ha visto de forma recurrente en las montañas del país.