¿Es obligatorio que una mujer adopte el apellido de su esposo en Estados Unidos?
Muchas mujeres se preguntan si es obligatorio que una mujer adopte el apellido de su esposo en Estados Unidos, una tradición que muchas mantienen a pesar de no ser de su agrado.
Hasta hace algunos años era muy común en los países latinoamericanos que las mujeres llevaran el apellido de su esposo, si una mujer llamada María se casaba con el señor Pérez pasaba a llamarse socialmente María de Pérez. En los Estados Unidos tradicionalmente se ha acostumbrado a que las mujeres adopten el apellido de su esposo y aunque esto no es una obligación legal, la tradición y el paso de los años lo han consolidado, sin embargo, no todas las mujeres están de acuerdo con esta costumbre y no hace parte de sus planes.
Si una latina llamada Julia se casa con el señor Smith, pero su apellido ´de soltera´ es Henao, deja de llamarse Julia Henao para llamarse Julia Smith y para muchas mujeres latinoamericanas resulta sonoramente más atractivo adoptar el apellido de su esposo, especialmente cuando este es ciudadano estadounidense y su apellido es inglés, alemán, francés o italiano, o de la nacionalidad que sea y que le resulte atractivo o, incluso, que la haga parecer de otra nacionalidad.
Un asunto opcional
Muchas mujeres han considerado que adoptar el apellido de su esposo cuando este ciudadano norteamericano es una ventaja en el momento de solicitar la Visa o la residencia permanente, pero las leyes migratorias de los Estados Unidos no lo consideran un requisito obligatorio, por lo tanto, la decisión de adoptar el apellido del cónyuge es una cuestión opcional.
La adopción del apellido del esposo es un asunto de aceptación social y significa que se cuenta con una unión marital sólida y en términos legales, que es un matrimonio legítimo.
Este tipo de cambios deben hacerse de acuerdo con las leyes de los Estados Unidos para que quede oficializado, no obstante, algunas mujeres han decidido no adoptar el apellido de sus esposos, una costumbre que ha ido en aumento en los últimos años y han sido mujeres relacionadas con el mundo artístico, quiénes han preferido obviar esta tradición, en muchos casos porque no les resulta sonoro el nuevo apellido o porque, sencillamente, quieren mantener el propio o incluso uno totalmente nuevo, únicamente con finalidades artísticas e, incluso, comerciales.