CINE
Por: Carlos Espitia con información de EFE • Colombia.com

"El Olvido Que Seremos" fue preseleccionada en los Premios Platino en doce categorías

"El Olvido Que Seremos" ha sido una de las cintas colombianas más galardonadas de los últimos años. Foto: Twitter @CaracolCine

"El Olvido Que Seremos" sigue logrando reconocimientos en los diversos premios de cine del mundo.

La película colombiana "El Olvido Que Seremos" que recientemente logró el Premio Goya a la mejor película iberoamericana, consiguió doce nominaciones en la preselección de los Premios Platino, que se realizarán el primer fin de semana de octubre.

La cinta colombiana está preseleccionada a las categorías de: Mejor película Iberoamericana de ficción, Premio Platino al cine y educación en valores, Mejor dirección, Mejor interpretación masculina (Javier Cámara), Mejor interpretación femenina (Patricia Tamayo), Mejor interpretación femenina de reparto (Kami Zea), Mejor música original, Mejor guion, Mejor dirección de montaje, Mejor dirección de arte, Mejor dirección de fotografía y Mejor dirección de sonido.

De esta forma, la película, del director español Fernando Trueba, sigue representando al país en los más prestigosos festivales de cine, ya que ha estado presente en San Sebastián, Tolouse y Roma, además de hacer parte de la selección del Festival de Cannes 2020 y ser la representante del país en los Premios Oscar, aunque no logró avanzar a la semifinal.

La cinta "El Olvido Que Seremos" fue producida por el colombiano Dago García, grabada principalmente en Medellín y se basó en el libro homónimo del escritor Héctor Abad Faciolince.

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En él, el autor relata a vida y desaparición de su padre, Héctor Abad Gómez, un médico y profesor universitario ultimado el 25 de agosto de 1987 por hombres en un Medellín dominado por la violencia.

Este profesor de la Universidad de Antioquia es descrito por su hijo escritor en "El olvido que seremos" como un hombre comprometido con causas sociales, defensor de derechos básicos como la salud para poblaciones marginadas o de condiciones laborales justas para los docentes.

La obra también muestra su lado más íntimo, apela a la melancolía para contar momentos que vivió el autor con su padre, buenos y malos, como el fallecimiento de su hermana Marta, así como las discusiones que tuvieron y la brecha que se abría entre ambos cuando Abad Gómez viajaba con frecuencia a países lejanos de Asia.

Ese relato se rompe cuando a Abad Gómez, también columnista de prensa, recibe amenazas por su activismo social que terminan con su fallecimiento a tiros, paradójicamente, cuando se dirigía al funeral de un amigo abogado.

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