Pepe, el cocodrilo del Bronx: ¿Mito o realidad?
En el corazón de Bogotá, el misterio persiste sobre el destino de 'Pepe', el legendario cocodrilo del Bronx, mientras la ciudad se esfuerza por dejar atrás su oscuro pasado.
El surgimiento del Bronx como un epicentro de actividades ilícitas y horrores en la historia de Bogotá es un capítulo que aún reverbera en la memoria colectiva.
Hace ocho años, la intervención conocida como "operación Némesis" logró desarticular la temida banda de los 'Sayayines', quienes ejercían control absoluto sobre la zona, sumergiéndola en el caos del narcotráfico, el hurto y la esclavitud sexual.
Entre las historias más espeluznantes que emergieron está la de 'Pepe', el misterioso cocodrilo que se convirtió en una leyenda en el Bronx. Testimonios recopilados aseguran que este animal era utilizado por los 'Sayayines' para eliminar a sus víctimas, generando un aura de terror en el área.
Pedro Ruiz, quien vivió en carne propia los horrores del Bronx, relató en el programa 'Los informantes' cómo 'Pepe' pasó de ser una pequeña lagartija a un imponente cocodrilo de más de dos metros, cuya dieta incluía personas.
“No buscaremos ni un día más” Gobierno Petro aclara que no va por la reelección
Aunque se han atribuido imágenes que podrían confirmar su existencia, el destino final de 'Pepe' sigue siendo un misterio, con teorías que van desde su captura hasta su sacrificio para la fabricación de productos de cuero.
A pesar de los esfuerzos de la Alcaldía por recuperar el espacio público, el legado del Bronx persiste, mutando hacia nuevas ubicaciones como el barrio San Bernardo.
Aquí, los traficantes de drogas han encontrado un nuevo hogar, donde no solo se comercia con sustancias ilícitas, sino que también se gestan otros delitos como robos, homicidios y secuestros.
San Bernardo se erige así como el nuevo epicentro de lo que los bogotanos denominan el "nuevo Bronx", atrayendo a antiguos consumidores de drogas expulsados de otras zonas de la ciudad.
Aunque lo que se vive en el barrio San Bernardo es solo una secuela de lo que sucedió en el Bronx, la ciudadanía teme que el problema siga escalando al punto en el que no se pueda controlar, pues ya se está convirtiendo en una nueva zona de tolerancia, como los mismos consumidores relatan.