Médicos residentes de la Universidad Javeriana destapan malos tratos y abusos de los docentes
Tras el fallecimiento de la doctora residente de la Universidad Javeriana, muchos han levantado su voz revelando las malas condiciones laborales y psicológicas a las que se enfrentan.
El lamentable fallecimiento de la doctora Catalina Gutiérrez Zuluaga, residente de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, ha dado fuerza para que muchos de sus compañeros y colegas levanten la voz y den a conocer sus testimonios sobre los maltratos, abusos y hostigamientos que tienen que vivir en sus residencias, causando daños irreparables en su salud mental.
La doctora Catalina Gutiérrez Zuluaga, residente de primer año de cirugía general, es ahora la imagen de las precarias condiciones laborales a las que se enfrentan los médicos que algún día soñaron con servirle a la población y salvar vidas.
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A través de una carta publicada en redes sociales, la doctora María Rey Salamanca, también egresada de a Universidad Javeriana reveló el calvario que vivió mientras hizo su residencia, desde el día que comenzó su residencia una de las docentes le dijo a ella y a otros compañeros “Es muy probable que se depriman, por favor hablen a tiempo”.
Asegura que debía memorizar los 70 pacientes que tenía a cargo de memoria y tras un intento fallido debía llegar sobre las 3:00?am para intentar aprenderlos, sin tener éxito: “era normal tener horarios de 20 horas, no comer, no ir al baño, no compartir con la familia (...) dedicaba 99% de mi tiempo a mi residencia”.
Además, por vivir con su pareja tenía que recibir comentarios cómo “María no estudió por lavarle los calzoncillos al marido” o el docente que tenía problemas con ella porque “sonreía mucho” y los gritos que llenaban las salas de cirugías cuando intentaban practicar algún procedimiento sin importar que los pacientes estuvieran conscientes y escuchándolo todo.
A través de otra carta pública, Edwin Duarte Fonseca, médico egresado de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia de la ciudad de Tunja, quien realizó su residencia en la Javeriana, narró una historia similar en la que para poder cumplir con todas las obligaciones que demandaba su residencia, vivía una verdadera lucha “contra el tiempo y el cansancio. Debías llegar tipo 3 de la mañana o antes, incluso quedarte en el hospital para revisar todas las historias y tener una entrega de turno digna para tus profesores”.
Aseguró que la información que debían memorizar y aprender era tanta que buscaba nuevos métodos y que incluso hubo días en donde: “Apenas puedes dormir dos o máximo tres horas cada día”. Otra estudiante anónima aseguró que tuvo que retirarse y dedicarse a otra cosa, debido a los malos tratos, pero quedo tan marcada que no puede escuchar música de esa época o tan siquiera recordarlo porque no lo ha podido superar.
La Universidad Javeriana se pronunció a través de un comunicado asegurando que “revisará e indagará sobre la existencia de situaciones que no estén en línea con nuestro modo de proceder y tomará las medidas que sean necesarias para garantizar el bienestar de la Comunidad Javeriana”. y han recibido cerca de 900 comentarios de estudiantes que exigen más que palabras vacías y dejando un listado de nombres de quienes serían los profesores a investigar.
Por su parte, la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas le pidió al Gobierno Nacional y al Ministerio de Salud y Protección Social para que estructure “de manera urgente, la Política de Talento Humano en Salud, para que no solo se determinen las necesidades de los profesionales, técnicos, tecnólogos y auxiliares en salud, sino que permita la prevención y pronta atención a situaciones como la ocurrida a la doctora Gutiérrez Zuluaga”.